Destrozando a: Ultimátum a la Tierra

Cartel exclusivo de la película para "Pepa Borraxa". Recomendado ampliarlo.

Símil a la política: grandes ideas para una ejecución paupérrima


Tomando como base una película del año 1951, e ideas sólidas y muy buenas, a la par de tristemente ciertas, se realiza el retrato más fiel del ser humano: la lacra natural de la evolución.

En pocas palabras, el ser humano mata a la Tierra, y alguien nos mata a nosotros por ello, aunque siento darle una mala noticia al bueno de “Klatuu” (interpretado por “transmito-tan-poco-que-lo-haría-de-puta-madre-como-zombie-Reeves”): llegas tarde, este bodrio ya ha acabado con lo poco que queda de humanidad.

A partir de aquí, comienza el núcleo grueso (e importante) de la crítica, aunque aviso de que incluye “Spoilers”, ya que es inevitable que en semejante montón de execración no se desborde una mínima cuantía y se deba, por ende, mencionar.

Spoiler:

Destacable es su “trepidante” comienzo, que a pesar de apuntar maneras y de lograr levantar un pequeño telón de entusiasmo, acaba convirtiéndose en un cuadro dantesco cuya imagen principal es una especie de pelota cósmica con un macro muñeco dentro que parece olvidado del atrezzo de X-Men... sencillamente una frikada (incluso para ser una película de ciencia-ficción)...

...en ese momento empieza a oler a mierda en la sala (disculpen que use semejante palabra malsonante), cosa que decidí achacar a algún jovenzuelo de la sala que hubiese ingerido demasiada Coca-Cola.

Pero el destrozo no acaba aquí, siendo casi tan perturbador la transformación que sufre el “Smith Jr.”, pasando del angelical niño modelo de “En busca de la felicidad”, al típico niño de “una ostia a tiempo”. ¿Dónde se habrá dejado olvidada Will Smith la “diligencia de un buen padre de familia” al permitir esto?...

...vaya, vuelve a oler a mierda, debe haber una crisis intestinal.

¿Lo mejor de la película?, la bella imagen para recordar de Jennifer Connelly, porque en cuanto a su interpretación, eso si que no es de recordar, pues en lo siguiente consistía su guión:

- Danos una oportunidad.
- Podemos cambiar.
- (Repetir lo anterior hasta la saciedad ).

Es admisible cierta repetición en las frases, pues no estamos ante un best seller (Dios nos libre), pero que llegues a tener constantemente la sensación de “déjà vu” cada vez que la pobre dama abría la boca es algo realmente preocupante.

Obviamente el mayor galardón en este caso se lo merece uno de los miembros del club “Cara-cartón”: Kinu Rifs (el nombre escrito con el mismo esfuerzo que el de sus interpretaciones), dando con este film argumentos de peso para hacerse con la presidencia del club, incluso por encima del nada desdeñable C. Lambert (el único hombre con cara en dos dimensiones)...

...ahora sí que se percata uno de verdad lo mucho que huele a mierda en la sala, y ya no cabe duda, alguien se ha cagado (seguramente yo, y con razón).

No querría dejar esta crítica finalizada sin mención a algo que SÍ que ha bordado la película: lo estúpido que es el ser humano, capaz de recibir en su planeta a un “cara-cartón” de otro planeta que dice ser representante de una especie de ONU intergaláctica y no ocurrírsele mejor idea que tratarlo cual prisionero de guerra... pobres imbéciles, ¿qué tal si le pegáis un tiro antes de dejarle hablar?... ¡ah no, si eso también pasa en la película!.

Para finalizar, el final de la película (viva la redundancia), tan rápido, seco, y cortante, que me podría haber afeitado mi dura barba con él y que habría arrancado a mi humilde puntuación alguna décima más si hubiese acontecido como es debido (y merecido).

Acudid a verla si no os apetece ver “El ratoncito Pérez 2” y demás chusma visual.

Eso sí, valiosa lección he aprendido gracias a este film...

...y es que en definitiva donde huele a mierda, es porque hay mierda.

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